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Bronstein-Gligoric 1953: una India de Rey posicional

Juan A. R. Parra

Hoy voy a comentar la partida número 105 del libro de Bronstein sobre el Torneo de Zúrich 1953. Se trata de la victoria que precisamente logró el autor del libro, contra el gran maestro yugoslavo Gligoric, en la primera ronda de la segunda vuelta del torneo.

Puede ser que esta partida no tenga nada espectacular, pero he de aclarar que no elijo las mejores partidas ni las que se suelen encontrar ya analizadas, sino aquellas que a mí me dijeron algo en el momento que las reproduje en el tablero. ¡Sí, yo soy de los que todavía utilizan un tablero, aunque sea uno pequeño magnético que ya tiene más de 30 años! Como decía, podría comentar muchas más partidas del libro y publicarlas sin más como ocurre en otras páginas web, pero me gusta escribir sobre ellas, o sobre cualquier otra cosa, así que tienen que inspirarme algo que teclear…

Bronstein-Gligoric, 1953

En esta ocasión, a modo de resumen, me llamó la atención que se jugara una Defensa India de Rey especialmente pacífica, llegando a un complicado final ventajoso para las blancas, y en el que éstas vencen con un poco de ayuda por parte del rival. Parece que siempre que oímos hablar de la «India de Rey», pensamos en una enconada lucha llena de amenazas tácticas, principalmente caracterizada por el avance de peones en flancos opuestos, las blancas en el ala de dama y las negras en el ala de rey. Esta partida fue todo lo contrario….

Por otra parte, muchos aficionados asocian el nombre de Bronstein con un jugador eminentemente táctico y creativo. Esto no deja de ser cierto, pero, como ocurre con cualquier gran maestro de primera fila, Bronstein dominaba todos los aspectos del juego. Creo que muchas veces estas creencias y opiniones vienen dadas por una falta de cultura ajedrecística o, para ser más exactos, por una falta de información, e incluso diría que dejadez por informarse…

Fischer

Así por ejemplo, muchos aficionados catalogan a Fischer como un jugador táctico, y se formaron esa opinión sólo porque quedaron maravillados al ver por primera vez su victoria, con tan solo 13 años, sobre Donald Byrne en el Memorial Rosenwald de 1956. Después leen libros (bueno, es posible que esto sea mucho decir…) como «Bobby Fischer: su vida y sus partidas» (Pablo Morán, 1972) o el propio libro de Fischer «Mis 60 mejores partidas» (1969), y siguen manteniendo la misma opinión, ya que dichos libros recogen prácticamente todas las partidas de ataque del genio americano. No recuerdo si yo también pensaba así cuando empecé, porque los libros citados fueron algunos de los primeros que leí, pero después compré el libro «Todas las partidas de Fischer» (Wade y O’Connell, 1973), y entonces es cuando uno se da cuenta de la realidad. Por una parte, ves que Fischer no apabullaba a todos sus rivales en cada encuentro, sino que también entablaba muchas partidas y perdía otras. Y por otra parte, te das cuenta de que el porcentaje de partidas eminentemente tácticas entre el millar que jugó aproximadamente en su vida, es muy pequeño. Los aficionados a veces son muy fanáticos y no cambian de opinión fácilmente, pues en muchos sitios se puede leer que Fischer era uno de los mayores estrategas de la historia, con una extraordinaria resiliencia y capacidad defensiva, y que además alcanzó una depurada técnica en los finales, destacando sobre todo en los de alfil contra caballo.

Tal

Si hablamos de táctica y ajedrez de ataque, entonces no podemos dejar de citar al «mago de Riga», Mikhail Tal. Seguro que los fanáticos dirán que no puedo negar que Tal era un jugador táctico. Claro que sí, esto lo sabe todo el mundo. Sus sacrificios, muchas veces eminentemente especulativos, son admirables, y sobre todo prácticos, ya que eran imposibles de refutar sobre el tablero. Como él mismo decía, «Hay dos tipos de sacrificios: los correctos y los míos». Pero vuelvo a insistir en que si se molestan en reproducir unos cuantos cientos de partidas de Tal (que en este caso sí que tiene varios millares en su dilatada carrera), verán que el porcentaje de partidas en las que existen sacrificios es muy pequeño, claro que mayor que otros jugadores como el mismo Bronstein, Fischer o Kaspárov (obviamente no lo comparo con jugadores con un estilo totalmente opuesto, como Capablanca, Smyslov, Kárpov o Petrosián). Mikhail Tal, como cualquier campeón, era un excelente estratega, finalista y dominaba todos los aspectos del juego. Desde luego, el título contra un jugador como Botvinnik no lo ganó a base de sacrificios, sino con un juego enérgico y agresivo, combinado con una gran técnica posicional. Recordemos que en el primer match de 1960 ganó por +6=13-2, pero en la revancha al año siguiente perdió por +5=6-10, lo que quiere decir que Botvinnik ya le había tomado la medida y había encontrado la fórmula para contrarrestar su energía.

Alekhine

Lo mismo que decimos de Tal, se podría aplicar a una grandísima leyenda como fue Alexander Alekhine, posiblemente el mayor táctico entre todos los campeones mundiales, rivalizando con el propio Tal. Hace mucho que no veo partidas de Alekhine, pero era capaz de complicar la partida en extremo prácticamente desde las primeras jugadas. Por lo que yo recuerdo de sus partidas, era uno de los jugadores más imaginativos que han existido, pero también era un excelente estratega y finalista, ya que de otra forma es imposible que hubiera conseguido derrotar a Capablanca en el match de 1927 (+6=25-3). Como ya comenté en mi artículo anterior al hablar de Kótov, tengo que sacar tiempo de algún sitio para leer sus libros sobre la herencia del juego posicional de Alekhine y volver a deleitarme con «sus obras de arte»…

Morphy

Seguro que alguien está pensando también en Morphy, pero no sabría qué decir al respecto. Se ha alabado mucho el juego de ataque de Morphy, pero considero que el ajedrez de su época todavía estaba en pañales (entre 1846 y 1859), y el nivel defensivo de sus rivales dejaba mucho que desear con respecto al que esgrimió por ejemplo Steinitz años después, por lo que los sacrificios y las entregas de material estaban a la orden del día… Creo que Fischer alababa el juego de Morphy porque todavía no había conocido el ajedrez de sus sucesores, incluyendo el del propio Kárpov después de que obtuvo el título en 1975 por la renuncia de Fischer a defenderlo. Desde la época de Fischer hasta hoy, el ajedrez ha evolucionado muchísimo (principalmente debido a la inestimable ayuda de los ordenadores), y el ajedrez de la época de Morphy parece muy arcaico comparado con el nivel de las partidas actuales de los jugadores de élite…

Fuego en el tablero

En cuanto a que el número de partidas tácticas de un jugador agresivo representa un pequeño porcentaje de su obra, lo mismo podemos decir en casos más actuales como el de Judit Polgar, Morozevich, Shirov o el mismo Anand. El ajedrez de ataque consume mucha más energía que el ajedrez posicional, de ahí que «los años no pasen en balde» y el juego desplegado actualmente por los que acabo de citar (salvo el caso de Judit, que hace tiempo que abandonó la competición), no tiene nada que ver con el que practicaban en su juventud, aunque de vez en cuando veamos algún destello de la energía que imprimían a las partidas en sus primeros años. Tengamos en cuenta, por ejemplo, que Shirov publicó su libro «Fuego en el tablero» hace ya más de 20 años, en 1998, mientras que el segundo volumen lo publicó hace 16 años, en 2004.

NezhmetdinovTambién hay que destacar que normalmente los jugadores tácticos y posicionales no son especialmente compatibles entre sí. Creo que cualquier jugador posicional se siente más cómodo enfrentándose a otro de su mismo estilo que no le dé sobresaltos en cada jugada, mientras que a los jugadores tácticos no les gustan los jugadores extremadamente sólidos que amarren la posición y no les dejen «campar a sus anchas». Mientras escribía mi artículo anterior sobre la partida Averbakh-Kotov, encontré una interesante anécdota sobre Averbakh, extraordinario defensor y jugador sólido, quien comentaba el hecho de que un grandísimo táctico como era Nezhmetdinov no había conseguido llegar a gran maestro (entrevista con Dirk Jan ten Geuzendam en su libro «The Day Kasparov Quit»): «Nezhmetdinov, … si tenía el ataque, podía acabar con cualquiera, incluido Tal. Pero mi puntuación contra él era algo así como 8½–½ porque no le daba ninguna posibilidad de juego activo. En tales casos, comenzaba inmediatamente a echar a perder su posición buscando complicaciones». Un caso más reciente lo encontramos en el encuentro por el Campeonato del Mundo en Londres 2000, en el que Kramnik destronó al mismísimo Kaspárov (+2=13-0), al que amargó con el «muro berlinés».

Por cierto, ahora que me doy cuenta con respecto a los contendientes de la partida que nos ocupa, de Gligoric ya hablé en el artículo sobre la partida Géller-Gligoric, pero resulta que apenas he dicho nada acerca del autor del libro del Torneo de Zúrich…

David Bronstein

Bronstein

David Iónovich Bronstein (en ruso Дави́д Ио́нович Бронште́йн) nació en 1924 en Ucrania y falleció en 2006 en Bielorrusia. Vivió por y para el ajedrez, participó en competiciones hasta 1997, se enfrentó a varias generaciones de jugadores y campeones mundiales, desde Euwe hasta Kárpov, pasando por Botvínnik , Smyslov, Tal, Petrosián, Spássky y Fischer, compitiendo contra la élite durante casi 40 años. Podéis encontrar decenas de artículos en la red sobre él, así que me limitaré a resumir sus mayores logros ajedrecísticos.

Entre sus primeros éxitos, podemos destacar el 2º puesto en el Campeonato de Kiev 1939 con tan solo 15 años, y la obtención del título de Maestro Soviético al año siguiente al quedar 2º en el Campeonato de Ucrania 1940 (detrás de Boleslavsky, con quien trabó gran amistad).

Tras unos años de interrupción debido a la II Guerra Mundial, participó por primera vez en el Campeonato de la URSS en 1944, donde sólo quedó en el puesto 15º de 17, pero consiguiendo ganar su partida con el vencedor del torneo, Botvínnik. Sin embargo, al año siguiente ya quedó 3º en el XIV Campeonato de la URSS  (por detrás de Botvínnik y Boleslavsky). Ese mismo año venció en el fuerte Campeonato de Moscú 1946, lo mismo que en el de 1947 (empatado con Ravinsky y Panov). En total, ganaría seis veces el prestigioso campeonato de la capital.

Su primer éxito internacional llegó al ganar el Interzonal de Estocolmo (Saltsjöbaden) 1948, sin perder una sola partida. También venció en el XVI Campeonatos de la URSS 1948 (con Kótov) y en el de 1949 (con Smyslov). En el Torneo de Candidatos en Budapest 1950, resultó vencedor tras derrotar a su amigo Boleslavsky en un igualado match de desempate a 12 partidas que finalizó 6-6, por lo que hicieron falta dos más para proclamarse campeón.

Y en 1951 llegó el famoso Match por el Título Mundial en Moscú contra Botvínnik, la gran oportunidad de su vida, empatando el encuentro a 12 puntos en un dramático final. Tras haber ganado las partidas 21 y 22 se había puesto un punto por delante, pero el campeón ganó en la 23 y empató en la 24, conservando así el título.

En el Torneo de Candidatos de Zúrich 1953 finalizó 2º (empatado con Keres y Reshevsky), habiendo perdido solamente 2 partidas de las 28 que se jugaron, aunque con «tan solo» 6 victorias.

En la década de los 50 obtuvo un sinfín de premios: 1º-2º en Hastings 1953-54 (empatado con C. H. O’D. Alexander), 1º en Belgrado 1954, 1º en el Interzonal de Gotemburgo (Suecia) 1955 (imbatido con 2 puntos de ventaja sobre Keres), 3º-7º en el Torneo de Candidatos de Ámsterdam 1956, 2º-3º en el XXIV Campeonato de la URSS 1957 (por detrás de Tal, y empatado con Keres), 1º en Gotha (Alemania) 1957, 3º en el XXV Campeonato de la URSS en Riga 1958 (por detrás de Tal y Petrosián), clasificándose para el Interzonal de Portoroz (Eslovenia) 1958, aunque sólo quedó 7º-11º y no pudo participar en el candidatos del año siguiente.

Volvió a obtener un buen puesto en Mar del Plata 1960, quedando 3º (ganaron Spassky y Fischer empatados), después 2º-3º en el Memorial Maroczy (Budapest) 1961 (por detrás de Kórchnoi, empatado con Filip), 3º en el XXIX Campeonato de la URSS 1961 (tras Spassky y Polugaevsky), 2º en Beverwijk (Holanda) 1963 (tras Donner) y en el Memorial Asztalos en Miskolc (Hungría) 1963 (detrás de Tal), 4º-6º en el XXXI Campeonato de la URSS 1963, 6º en el Interzonal de Ámsterdam 1964, 2º en el XXXII Campeonato de la URSS 1964-65 (detrás de Korchnoi), 2º en el Memorial Asztalos en Szombathely (Hungría) 1966 (por detrás de Uhlman), 2º en Ámsterdam 1968 (tras Kavalek), y 1º-2º en el Memorial Lasker en Berlín 1968 (empatado con Uhlman).

Ya en la década de los 70 venció en Dnepropetrovsk (Ucrania) 1970, 1º-3º en Sarajevo 1971 (empatado con Bobotsov y Matulovic), 6º en su último Interzonal en Petrópolis (Brasil) 1973, 1º-3º en Hastings 1975-76 (tras Hort), 1º en Sandomierz (Polonia) 1976, 1º en Budapest 1977, y 1º en Jūrmala (Letonia) 1978.

En 1981 quedó 2º (detrás de Tal y empatado con Gipslis) en el Memorial Keres en Tallin (Estonia), y en 1982 ganó su último Campeonato de Moscú (empatado con Rashkovsky). Aún siguió compitiendo muchos años, aunque obviamente los torneos ya no eran del mismo nivel y solían ser torneos abiertos. Finalizó 2º-4º en Pancevo (Yugoslavia) 1987 (tras Amador Rodríguez, empatado con Todorcevic y Géller), y a los 70 años consiguió quedar 5º en el Open de Hastings 1994-95. En la década de los 90 se enfrentó en varios encuentros y torneos contra las primeras máquinas de ajedrez que ya empezaban a demostrar un buen nivel de juego.

Además, representó a la URSS ganando el oro en las olimpiadas de 1952, 1954, 1956 y 1958, obteniendo medallas individuales en cada una de ellas (tan solo sufrió una derrota en las 49 partidas que jugó).

Bronstein colaboró regularmente durante muchos años con una columna de ajedrez en el diario soviético «Izvestia». Escribió varios libros, los más conocidos son «El ajedrez de Torneo (Zürich 1953)», y «Aprendiz de brujo» (1995, en colaboración con su amigo Tom Fürstenberg).

En sus últimos años siguió participando en torneos por toda Europa y dando clases a los más jóvenes. Seguro que «los más viejos del lugar» de mi club del Real Grupo de Cultura Covadonga recuerdan a Bronstein jugando con el equipo del «Campus de Viesques» de Gijón, y es posible que hasta les haya tocado enfrentarse a él en el tablero. En este bonito artículo de su blog, los hermanos e historiadores Luis y Pedro Méndez Castedo relatan las andanzas de David Bronstein por nuestra región, lo mismo que en este otro artículo de la página de Antonio Arias.

Smyslov, Bronstein, Antonio Arias y SpasskyTorneo Príncipe de Asturias 1992: Smyslov, Bronstein, Antonio Arias y Spassky. Foto: Antonio Arias.

Bronstein-Gligoric, Zúrich 1953

Como comenté al principio, esta partida es una Defensa India de Rey en la que no se produce una lucha fratricida entre ambos bandos. Las blancas escogieron una línea con 5.h3 que suele emplear el GM español David Antón, pero que han utilizado esporádicamente muchos jugadores de la élite. Es una jugada flexible que tiene algunas ideas en común con la Variante Sämisch (5.f3), ya que:

  • Evita el salto …Cg4, que siempre resulta molesto al normal desarrollo Ae3 del alfil dama blanco.
  • Posibilita un rápido ataque en el flanco de rey con g4, aunque esta jugada también puede servir simplemente para luchar contra el avance temático …f5 de las negras.
  • Deja en reserva un eventual f4, que en la Variante Sämisch sería una pérdida de tiempo al haber jugado previamente el peón a f3.
  • Por otra parte, en este caso si se juega h4 en algún momento, lo que suele ser normal en la Variante Sämisch, se habría perdido un tiempo al haber movido el peón a h3.
  • A diferencia de f3 de la Variante Sämisch, con h3 no se sostiene e4, por lo que habrá que defenderlo con piezas si las negras siguen el plan típico de …Cbd2-c5, …a5.

Como casi todas las aperturas, un sistema que tiene sus pros y sus contras…

En cuanto al medio juego, ambos bandos intentaron sus planes en ambos flancos, pero en el momento en que las negras cambiaron todas las piezas mayores, quedaron en clara desventaja debido a la mayor movilidad del rey blanco y el peón d6 retrasado, que luego pasó a estar en c5 pero dejando pasado el de d5 blanco. A pesar de todo, el final, como casi todos los finales con igualdad de material, resultaba muy complicado (véanse los análisis a la jugada 45 de las blancas), y solamente un poco de ayuda por parte de las negras permitió progresar hacia la victoria.

Veamos finalmente la partida. En cuanto hagáis clic en una jugada aparecerá el tablero, que podréis mover a donde menos estorbe (debajo del tablero tenéis un botón para girarlo, y otro para descargar la partida en formato PGN).

Saludos.

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