Hace poco que empecé a leer un clásico de la literatura ajedrecística: «El Ajedrez de Torneo: Zürich 1953 – Candidatos», escrito por David Bronstein, conocido por todos los aficionados y especialmente por muchos jugadores asturianos, ya que jugó algunos años en el club «Universidad de Oviedo». Sí, ya sé que a mi edad es una vergüenza no haberlo leído antes, pero más vale tarde que nunca…
Por cierto, si algunos (o muchos) enlaces que pongo os llevan a artículos en inglés de la Wikipedia, no es un error, sino que ha sido de forma deliberada porque están más completos que los correspondientes en castellano. De todas formas, en cada artículo de «la Wiki» siempre podéis ir al enlace «Español» que aparece en el menú lateral izquierdo en el apartado «Languages».
Del torneo y del libro hablaré a continuación, pero realmente el origen de este artículo es la partida nº 39 del mismo, jugada en la ronda 6 entre el propio David Bronstein y Max Euwe. Si el segundo llegó a ser campeón mundial derrotando al mismísimo Alexander Alekhine en 1935 (da igual en qué circunstancias, muy pocos jugadores hubieran sido capaces de destronarlo…), el primero es considerado (al igual que previamente Carl Schlechter en 1910) como «campeón de medio mundo», al haber empatado, en 1951, el match por el título mundial contra Mikhail Botvínnik, estando a muy poco de haber vencido cuando a falta de dos partidas aventajaba a su rival por un punto.
La mencionada partida nº 39 no es una victoria espectacular de ninguno de los dos bandos, ya que de hecho terminó en tablas, pero me pareció una gran lucha en la que Bronstein puso toda la carne en el asador para aplastar al rey rival, pero donde se topó con un jugador frío y calculador como Euwe cuyo nivel defensivo estuvo a la altura de las circunstancias.
Pero vayamos por partes…
El «Torneo de Candidatos de Zúrich, 1953»
Aunque solamente se haga referencia a la conocida y mayor ciudad de Suiza, el Torneo de Candidatos de 1953 se jugó en las ciudades de Neuhausen am Rheinfall y Zúrich, aunque no he encontrado información sobre cuántas rondas se jugaron en un sitio y en otro.
Está considerado uno de los torneos de candidatos más famosos de la historia, en el que participaron 15 jugadores, y además se celebró a doble vuelta (28 rondas), por lo que duró desde el día 30 de agosto de 1953 hasta el 23 de octubre de 1953 (con días de descanso o bien días para finalizar las partidas aplazadas), es decir, ¡nada más y nada menos que 54 días!, ¡casi dos meses! Eso sí que es una verdadera cuarentena…
Al ser un número impar de jugadores, en cada ronda se celebraban 7 partidas, y uno de los jugadores tenía día de descanso.
La nómina de jugadores resultaba impresionante, ni que decir tiene que todos ellos estaban entre los mejores jugadores de la época, aunque seguramente podemos echar en falta a algún gran jugador que no consiguió clasificarse en las fases previas del candidatos. Así tenemos:
- Nueve jugadores soviéticos: Smyslov, Bronstein, Keres, Petrosian, Géller, Kótov, Taimánov, Averbaj y Boleslavsky. Además de Bronstein como subcampeón mundial, tenemos a Smyslov que sería campeón mundial en 1957-58, y Petrosian en 1963-69, ambos al vencer al incombustible Botvínnik.
- El holandés Max Euwe, excampeón mundial y verdugo de Alekhine en 1935, como ya hemos comentado.
- El estadounidense Samuel Reshevsky, uno de los jugadores más longevos que se enfrentó a jugadores de varias generaciones, desde Capablanca y Alekhine, hasta Spassky y Fischer.
- El argentino, de origen polaco, Miguel Najdorf, toda una eminencia del mundo del ajedrez, creador de la famosa variante de la Siciliana, y famoso también por batir el récord mundial de partidas simultáneas a ciegas con 45 tableros.
- El yugoslavo Svetozar Gligorić, unos de los mejores jugadores yugoslavos de todas las épocas, con el permiso de Ivkóv o Ljubojevic, entre otros…
- El húngaro László Szábo, menos conocido que los anteriores y que su compatriota Lájos Pórtisch, toda una institución en su país, pero si se clasificó para el candidatos, por algo sería…
- El sueco Gideon Stáhlberg, lo mismo podríamos decir de él en cuanto al ajedrez en Suecia, y quizás un precursor de Ulf Andersson.
El resultado final fue un gran éxito para Smyslov, quien ganó así el derecho a retar al campeón Botvínnik, aunque en 1954 empató el match y Botvínnik retuvo el título, y fue en el siguiente encuentro de 1957 cuando consiguió arrebatárselo, aunque de nuevo Botvínnik lo recuperó en 1958 en el encuentro de revancha que estaba previamente pactado en las normas.
«El Ajedrez de Torneo: Zürich 1953 – Candidatos»
El libro «El Ajedrez de Torneo» de Bronstein no fue el único libro que se escribió sobre el Torneo de Candidatos de 1953. En este enlace de «Chess Book Chats» podéis leer sobre la historia de dichas publicaciones.
En lo que se refiere al libro de Bronstein, éste se publicó por primera vez en ruso en 1954, con el título «Mezdunarodnyi turnir grossmeisterov 1953» (en español, «Torneo de Grandes Maestros 1953»), y en 1960 se publicó una nueva edición revisada. Pronto se convirtió en uno de los libros de ajedrez más leídos, y catalogado por muchos expertos, incluso en nuestros días, como uno de los mejores libros de ajedrez de la historia dedicados a un torneo.
Curiosamente, casi al mismo tiempo, Miguel Najdorf escribió y publicó en 1954 en Buenos Aires un libro en español, con entidad propia, titulado «15 aspirantes al título mundial: Torneo de Candidatos Zurich 1953» (en dos volúmenes). Este libro fue traducido al inglés y publicado 33 años después, en 2012, con el título «Zürich 1953: 15 Contenders for the World Chess Championship», lo que da una idea de la importancia del torneo dentro de la historia del ajedrez.
El libro de Bronstein tardó 24 años en ser traducido al inglés, y curiosamente se realizaron dos ediciones muy cercanas en el tiempo, por dos editoriales diferentes.
La primera apareció 1978 con el título «The Chess Struggle in Practice: Candidates Tournament Zurich 1953» (en español, «La lucha del ajedrez en la práctica: Torneo de Candidatos Zúrich 1953»), traducido por Oscar D. Freedman (quien falleció en 1968 sin finalizar el trabajo que había iniciado en 1962), editado por Burt Hochburg (quien se encargó de terminar la traducción, revisión y edición final del libro), y publicado en Nueva York por la editorial «David McKay Company». Como novedad, incluía una introducción del propio Max Euwe.
La segunda apareció en 1979, con el título «Zurich International Chess Tournament, 1953», publicado en Nueva York por la editorial «Dover Publications». Al traductor, Jim Marfia, le llevó unos diez años completar su trabajo.
Primera y segunda traducción al inglés del libro de Bronstein. Fuente: Chess Book Chats.
La primera edición del libro de Bronstein en español, con el título «El Ajedrez de Torneo: Zürich 1953 – Candidatos», apareció en mayo de 1984. Fue publicado en Madrid conjuntamente por las editoriales «Ricardo Aguilera» y «Fundamentos», y la traducción del inglés corrió a cargo del conocido escritor y periodista Antonio Gude.
Conservando la misma portada de la primera edición, en la que solamente se añadió el número de edición, el libro se reeditó seis veces hasta el año 2007, prácticamente sin alterar su contenido con respecto a la publicación original de 1984. Es decir, a lo largo de 23 años ha sido uno de los libros más vendidos entre los aficionados hispanohablantes.
Por si fuera poco, doce años después, en concreto el 29 de enero de 2019, la «Editorial Fundamentos» ha publicado una nueva edición del libro, la séptima, con una portada ligeramente modernizada, pero además esta vez se trata de una edición revisada, corrigiendo los errores en las anotaciones de las partidas, en el texto y en los diagramas.
Y apenas cuando ha pasado tan solo un año desde dicha edición, la editorial «La Casa del Ajedrez» nos ha sorprendido con una nueva edición, con una portada totalmente nueva, y añadiendo al libro una nueva introducción de Antonio Gude. También le han cambiado ligeramente el título, que ahora es «Ajedrez de Torneo. Candidatos. Zúrich 1953».
Las tres portadas de las ediciones en español.
Cuando un libro se reedita tantas veces es sencillamente porque hay mercado para él, así que posiblemente nunca dejemos de encontrarnos en las librerías «El Ajedrez de Torneo» de David Bronstein.
El análisis en ajedrez: antes y ahora
En este punto me gustaría hacer un breve inciso sobre el análisis de partidas de ajedrez con ordenador/computadora.
Me parece increíble que en pleno siglo XXI, después de que hayan pasado casi 25 años desde que en 1997 el superordenador Deep Blue venciera a Kaspárov, todavía haya jugadores escépticos (de todos los niveles y edades) que repudien las «máquinitas», como muchos las llaman en sentido peyorativo. Casi ninguno sabe (o no quiere recordar…) que el último duelo hombre-máquina tuvo lugar en 2006 entre Kramnik y Deep Fritz en un ordenador personal mucho menos potente que Deep Blue, finalizando con la victoria del programa por 4 a 2 (+2=4-0). Si Deep Blue prácticamente sólo sabía jugar utilizando la «fuerza bruta» analizando más de 200 millones de posiciones por segundo, y alcanzando entre 8 y 20 jugadas de profundidad, Deep Fritz era un software que utilizaba complejos algoritmos de programación que permitían encontrar las mejores jugadas en un PC que «tan solo» analizaba unos 8 millones de posiciones por segundo profundizando apenas unas 8 o 9 jugadas.
Actualmente es casi imposible que un Gran Maestro derrote a un motor de juego (de la palabra «engine» en inglés, aunque también se conocen comúnmente con el nombre de «módulos»). Y no lo digo yo, sino que lo dicen los mismos GM. Los motores son su herramienta imprescindible para el estudio y análisis, sobre todo utilizados en la preparación de su repertorio de aperturas, pero también para analizar el resto de las fases del juego. Si los «negacionistas» no quieren hacerme caso a mí, que no soy nadie dentro del mundo del ajedrez, aunque algo de Informática sí sé, por favor, que le hagan caso a los profesionales.
Además, los «negacionistas» todavía no entienden algunos puntos cruciales de la tarea de análisis con ordenador:
- En primer lugar, creen que los análisis de cualquier libro o publicación son correctos. ¡Para nada! De hecho, cuanto más antiguos sean, más probabilidades hay de que contengan errores, es más, es casi seguro que los contendrán, e incluso muy graves. Dichos análisis ocupaban a los maestros muchas horas y muchas noches en vela, e incluso semanas enteras de repasos y revisiones, sin tan siquiera tener la certeza de que llegaban a encontrar las mejores jugadas. Hoy en día, cualquier módulo es capaz de corregir dichos análisis en minutos con muy pocas probabilidades de equivocarse. ¿Es eso un desprecio hacia el trabajo de los profesionales? En absoluto. Es simplemente una realidad, y hemos de tener en cuenta que lo más valioso de un GM, antes y ahora, son sus explicaciones basadas en la experiencia, cosa que por el momento los programas no saben hacer. La tarea de los programas de ajedrez es ayudarnos a distinguir entre las jugadas buenas y malas, lo cual ya es una grandísima ayuda, mientras que los maestros seguirán enseñándonos ajedrez a base de transmitirnos su sabiduría.
- En segundo lugar, creen que es lo mismo analizar una partida con un teléfono móvil (celular) que en un ordenador personal. No sirve de mucho que alguien analice una partida con Stockfish, si no aclara en qué máquina realizó los análisis o, para ser más exactos, el número de nodos por segundo que es capaz de alcanzar dicha máquina. Para que os hagáis una idea, mi viejo PC del año 2009 (Intel Core i7 920 a 2.66 GHz con 4 núcleos), suele analizar entre 5.000 y 8.000 KN/s con Stockfish (o sea, entre 5 y 8 millones de posiciones por segundo). Sólo los teléfonos móviles con microprocesadores más potentes pueden alcanzar esa cifra, y sin embargo cualquier microprocesador moderno Intel Core o AMD Ryzen para PC alcanza sin problemas los 20 o 30 millones de posiciones por segundo.
- Y en tercer lugar, creen que analizar una partida es una tarea de unos pocos minutos, y que vale con poner el motor en «modo automático» y ya está. La cuestión es muy simple: cuanto menos tiempo analice el motor, menos fiables serán los resultados. Además, no es lo mismo anotar una variante del módulo desde una posición de la partida, que explorar dicha variante, dejándolo «pensar» unos cuantos minutos en cada jugada, anotando ramificaciones posibles que parezcan prometedoras y «trepando» por ellas, indicando por qué no valen otras jugadas que no entendemos, intentando averiguar hacia dónde se dirigen las distintas alternativas que sugiere el módulo… Os aseguro que a mí esto me lleva muchas horas durante varios días, dependiendo, obviamente, de la complejidad y número de jugadas de la partida.
Zúrich 1953, Ronda 6: Bronstein – Euwe, ½-½
Llegados a este punto, vamos a hablar por fin de la partida en cuestión. Bronstein realizó un sacrificio de caballo para extraer al rey negro de su refugio, pero Euwe se defendió con acierto, devolvió la pieza en el momento oportuno y todo se quedó en nada, viéndose las blancas forzadas a buscar la igualdad, para firmar finalmente el empate.
Como el propio Bronstein explica en sus primeros comentarios, después de la partida estuvo intentando ver si había tenido posibilidades reales de victoria, y no las encontró. Ambos contendientes realizaron una partida muy correcta, y lo siento, pero a mí no me gustan las partidas con errores, por muy espectaculares que sean las combinaciones o los remates a que den lugar dichos errores…
Una cosa que no me gusta mucho del libro de Bronstein (al menos en lo que llevo leído) es la frialdad de sus análisis. Comenta cada movimiento con un lenguaje demasiado natural, sin dar énfasis ni a las jugadas buenas ni a las malas, y apenas hay signos de exclamación o interrogación. En ese sentido echo de menos un poco de pasión. Es posible que para él sean jugadas «lógicas» y «triviales», pero para el aficionado todo puede resultar oscuro e intrincado, y se echa de menos alguna que otra explicación adicional.
He revisado todas las variantes de Bronstein con Stockfish 11, todavía no me he decidido a utilizar Stockfish 12, porque de momento, en las escasas pruebas que he realizado, me parece que concede una ventaja excesiva en sus valoraciones, así que prefiero esperar un poco…
Como ya comenté antes, los análisis de Bronstein contienen errores, pero eso no les resta mérito, ya que el libro fue escrito en 1954. Recalco que lo mejor que podemos extraer de un GM son sus explicaciones, y en el libro hay bastantes que podemos aprovechar.
He mantenido todos los comentarios y variantes del libro, indicando el nombre de Bronstein delante de ellos, y detrás he añadido los comentarios y análisis que he creído convenientes o me han parecido interesantes, ya sean nuevos, alternativas no mencionadas, o bien correcciones a los análisis originales.
A continuación tenéis la partida. En cuanto hagáis clic en una jugada aparecerá el tablero, que podréis mover a donde menos estorbe (debajo del tablero tenéis un botón para girarlo, y otro para descargar la partida en formato PGN).