El código Shakespeare

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Horacio KielJulieta debe pertenecer a una familia enemiga (contraria, opuesta) a la de Romeo para simbolizar la conjunción o unión de los opuestos de la Alquimia medieval, también conocida como unio mystica, tema analizado en profundidad por Jung en su Psicología de la transferencia. Luego de la sublimación -otro tema que pueden ver en el citado libro de Jung- del Mercurio, Romeo (Romero= Inmortalidad, planta consagrada a Venus según las creencias antiguas, simboliza también el Amor Divino y Eterno) está listo para su unión mística (conjunción, unión de los contrarios) con su hermana mística Julieta, lo que dará lugar al nacimiento mágico con la muerte simbólica de ambos -mueren a la vida terrenal o mundana y se inician como un solo ser a otra existencia más completa y sutil- al unirse en un solo Ser Divino. “Que en el silencio venga a mí mi Romeo, e invisible se lance en mis brazos.” Así dice Julieta en el Acto 3 Escena 2. Pureza y Amor Mågico, Invisibilidad,, Nacimiento Mágico, estos son algunos de los temas que se tocan en la divina obra de Shakespeare, pero suelen pasar completamente inadvertidos para los especialistas que no tienen ni la menor idea de la simbólica de su obra y se limitan a decir que está hablando de las emociones humanas y de una simple pareja de enamorados. Sin palabras como inmortalidad o amor eterno, Romeo y Julieta no pasaría de ser una broma macabra. “Mi esposo está en la tierra, mi fe en el cielo. Y cómo ha de volver la tierra a mi fe, si mi esposo no la envía desde el cielo?” ¿Puede ver lo que llevo diciendo en este fragmento donde Julieta da una clave fundamental de la obra? O si no esta: “¡Pobre cadáver vivo encerrado en la cárcel de un muerto!” Se percibe allí un ansia de liberación de lo terrenal y el deseo de otra existencia a la que solo pueden llegar a través de pruebas iniciáticas. Y sino aquí vea cómo lo dice Shakespeare de forma explícita: “Los preparativos de una fiesta se convierten en los de un entierro; los himnos en truenos; las flores en adornos de ataúd […] todo en su contrario”. Y como no hay peor ciego que aquél que no quiere ver, cada persona ve muchas veces lo que quiere ver, pero si se fija en los símbolos y en la época en que se escribió no puede tener dudas de su significado. En Sueño de una Noche de Verano también tenemos una obra iniciática del más alto nivel. El Muro, Tisbe y Piramo son un solo ser. El aspecto femenino y masculino, el inconsciente y la conciencia, y el muro en medio a través del cual se comunican. La muerte -nuevamente- simbólica de la PAREJA REAL es igual a lo que ocurre en Romeo y Julieta, pero en esta ocasión todo ocurre dentro del individuo, aunque en ocasiones el proceso se proyecta en una pareja que suele encontrarse a gran distancia, inaccesible, y así en el punto culminante mueren el uno en el otro y se transforman, o más bien se transforma su intelecto (la caída del muro representa la integración total). El Muro es la persona y los personajes son ambos hemisferios del cerebro. De nuevo tenemos la Unión de las Opuestos Supremos, pero en un estadio superior. También nos enseña esta maravillosa obra cuatro distintas clases de Amor y la relación del hombre con el mundo sobrenatural de las hadas cuya magia está en la naturaleza y un espíritu shakespereano podrá percibirlas en una flor, en un árbol o en la brisa primaveral. En La Tempestad, última de las obras de Shakespeare, el simbolismo sigue las mismas pautas aunque con una temática muy compleja. Calibán representa la tierra y el agua,; mientras que Ariel es el fuego y el aire; frente a ellos Próspero es aquél que domina los cuatro elementos, por lo tanto, el quinto elemento. Las habilidades que exigen la trilogía Hamlet, Romeo y Julieta y Sueño de una Noche de Verano pueden calificarse de divinas, y las emociones no son exaltadas como muchos creen sino Sublimadas, o sea se utiliza el instinto y la emoción como elemento catalizador para impulsar el ascenso a un nivel superior de existencia. Esa trilogía desembocará en La Tempestad en un hombre que logra integrar y controlar todos los elementos. He reflexionado en la integración total de todos los elementos que logra Shakespeare y pienso que el día en que se hable del aspecto filosófico de un área de la neurofisiología, la especie humana evolucionará diez siglos en diez meses. Una disquisición filosófica -necesaria- en asuntos de neurofisiología es Ciencia, el resto son las -también necesarias- Herramientas. En la obra de Shakespeare todo está integrado. Todo inicia con Hamlet desafiando al mundo, su muerte es la primera del proceso. La muerte para la tradición, la moda las costumbres, la hipocresía, hace que Hamlet nazca al morir o muera al nacer. Hamlet se da cuenta de que vive en una ilusión donde todo es una farsa y todos le dicen lo que quiere escuchar. Parece estar en un la cárcel de oro, como Adán y Eva en el paraíso. Sin embargo, no es un detalle menor el hecho de que el mismo Hamlet escriba una obra dentro de la obra y la haga representar frente al Rey. El actor descubre su papel y se revela contra el autor, ¡es algo insólito! Todo pasa a ser una sala de espejos entonces donde los mismos actores son creadores y esto nos habla de la búsqueda de la individuación, un concepto difícil de entender o explicar en esta época tan masificada. Hamlet lo logra y escribe su propia historia. No intento, claro, darle todas las respuestas o claves sino más que nada mostrarle otra perspectiva para la lectura de los clásicos. Para finalizar escuchemos a una de las increíbles hadas de Shakespeare: “Con este rocío campestre consagrada, cada hada se ponga en movimiento y bendiga las divinas habitaciones de este palacio con dulce paz”. (Acto 5 Escena 2 Sueño de una Noche de Verano, 1595). “Reinará mansa quietud y el dueño será bendito”. William Shakespeare.

Horacio Kiel
(16 de octubre de 2020)

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