¿Por qué nos apasiona el Ajedrez?
Qué es lo que surge en nuestra mente cuando vemos un tablero de ajedrez? ¿Por qué nos atrae y nos fascina?
En primer lugar, lo que vemos en el tablero son nuestras ideas en movimiento. ¿Algo podría ser más fascinante que eso? Vemos la representación física y exacta de nuestros más íntimos pensamientos. Nada en el mundo podría atrapar y atraer más a nuestra mente que el tablero donde se ve reflejada perfectamente.
¿Qué sucede entonces cuando nuestros propios pensamientos nos conducen a la derrota? Al parecer nuestra mente estaría en contradicción consigo misma, pues son sus propias ideas aparentemente las que la han conducido a un final decepcionante. Pocos aceptarán que han perdido en parte también por el talento del adversario, pues el cerebro no puede entender que exista algo además de él mismo. Esto implica un sufrimiento inherente al juego que experimentan la mayoría, si no todos los jugadores.
Visto desde afuera, no hay nada tan serio ni tan grave que esté sucediendo durante una partida de ajedrez entre dos jugadores. Sin embargo, vemos usualmente a dos personas apasionadas sufriendo con una gran expectativa tal y como si sus vidas dependieran del próximo movimiento. ¿Qué magia tan singular puede tener el ajedrez qué provoque tal efecto en millones de personas todos los días? El ajedrez es físico, espiritual, mental, psicológico e intelectual. Esto hace que el sujeto se involucre completamente en una situación que si bien se circunscribe a 64 casillas, él siente el juego en lo más profundo de su corazón. Parece que simplemente podría levantarse e irse, pero por una inconmensurable fuerza no puede salir hasta que el partido termine, hasta que finalmente haya un resultado, un veredicto. Si ha jugado mal, pero la suerte depara un veredicto favorable, sentirá no obstante haber pasado la prueba, aunque en su fuero íntimo sabe que no es así.
El movimiento psicológico inexorable a cada partida de ajedrez dentro del individuo y la forma en la que él mismo la procesa es tan importante como la preparación deportiva para la mejora de su juego. Tal parece que nada es suficiente, y que finalmente cada uno reconoce sus talentos y sus virtudes. Esto es, en parte, lo que los amantes del juego llamamos Ajedrez.
Horacio Kiel
Honorary Chess Ambassador
(2022-11-07)